martes

Entrevista
José Maria Muscari

Por Teresa Gatto

Muscari escribe, dirige, actúa revolucionando las estructuras fijas.

Todo un factor de cambio que despabila todo lo que hace falta.

El factor Muscari

San Telmo, 5 de la tarde, espero con ansiedad a José María Muscari. He leído sobre su trabajo, sé que espero a un artista que viene a instalar -que ya ha instalado- cambios profundos. Muscari escribe, dirige, actúa pero también revoluciona las estructurlas fijas. Aguijonea temas álgidos y mina permanentemente el concepto de ficción.


-Pienso en “Escoria” “Auténtico”. Escoria es un sustantivo pero podemos adjetivar : “fulanito es una escoria..” estos paratextos que funcionan como títulos no sólo atraviesan todo el recorrido de la obra sino que están significando algo concreto, entonces ¿para dónde vas con eso?

José María Muscari- Los títulos en mis obras a veces aparecen como el resultado del material pero la gran mayoría de las veces aparecen como estimulante generador inicial, o sea, en muchos de mis espectáculos el título aparece antes de que tenga nada ni el elenco ni el tema de la obra. Escoria lo empecé a pensar porque me gustaba la palabra y en función de la palabra empecé a cavilar, hice zapping por canal Volver y empecé a armar el elenco y a nuclear a mucha gente que va a ver espectáculos míos y me dice que quiere trabajar conmigo y yo digo qué raro que esta gente que es un icono de la televisión quiera trabajar conmigo, me parece extraño el fenómeno, o sea que en mis espectáculos, a veces, esa cosa del adjetivo aparece como un campo conceptual para abrir un mundo, como una carpeta en mi computadora donde empiezo a volcar material con cosas que encuentro en un blog, la noticia del domingo en el diario, lo que me dijo mi abuela sobre tal persona, empiezo hacer una recolección y eso entonces después se empieza a volver texto.

-Hay algo en vos que da la sensación de que todo el tiempo incorporás información y que necesitás procesarla si no se va a la papelera.

J.M-M- También hay algo que es importante que es que mis espectáculos yo los estreno a los tres meses pero no es que esos tres meses son los que trabajé sobre la obra, no, “Escoria” viene hace dos años en mi cabeza pensando qué actores, cómo, de qué hablar, cuál sería la anécdota, después está el momento en que empezamos a ensayar pero ese espectáculo ya hace como dos años que está adentro mío.


-Yo entré a tu blog y me dije es muy fuerte pensar que esa sería la escoria que el ambiente barre bajo de la alfombra, pero mi primera imagen fue esa, después pensé que ese paratexto podría tener que ver con otra cosa. Vos ahora me confirmas que se te ocurrió el título mucho antes que nada.

J.M.M.-Sí.

-Entonces ¿cómo los elegiste?


J.M.M.-Los elegí bajo una frase que es: no por lo que ellos son sino por lo que ellos significan. Los elegí en principio por varias razones. Porque están en el inconsciente colectivo, porque cumplen con la pauta de que cualquier persona o recuerda su nombre o ve su cara y sabe quién es aunque no lo puedan unir imagen y nombre a veces. Yo le digo a mi mamá Liliana Benard y no sabe quién es, pero le muestro la foto y me dice: ah, la gordita que actuó en... Este fenómeno a mi me interesa mucho, también ellos tuvieron un momento de máxima exposición, los once que actúan en la obra, y ya no lo tienen. Esa también es una condición para estar.


-Hay gente que no trabaja por una foto que la expulsó del medio. También hay que ver las cuestiones personales que a uno lo alejan a veces...pero lo importante es que no estaban y van a volver a estar.


J.M.M-Sí y de eso habla un poco la obra. La anécdota de la obra es muy simple y muy mentirosa, es un grupo de actores, que son ellos, no componen personajes, están esperando para festejarle un cumpleaños sorpresa a un productor que posiblemente podría darles una oportunidad a cada uno. Se llama Dino Escoria. Entonces digamos que ellos manejan todos los rituales de un cumpleaños, la puesta en escena de la obra va a ser muy particular porque es la sala chica del Teatro del Pueblo y van a tener el público muy cerca que va a ser también parte de ese cumpleaños. Va a haber algo de lo interactivo que es raro de ver con este tipo de actores porque son actores que en realidad uno los tiene congelados adentro de la caja. Vos los nombrás a ellos y te viene la imagen de la tele. Me parece que el espectáculo va a jugar mucho con eso, la idea de buscarle la tridimensionalidad a algo que estuvo estigmatizado al plano.

Y veo que es muy atractivo ver a Cristina Tejedor en medio de un cumpleaños trucho (yo les pido que traigan habilidades que no hayan mostrado nunca al público) y ella toca muy bien el bombo y yo pienso qué atractivo ver a esta mina que está estigmatizada en el mundo de la televisión tocando el bombo que le da un relieve que no te lo imaginás. Hay algo del nombre que es como muy expulsivo que es la idea de escoria. De hecho a ellos les pareció rarísimo cuando les dije el nombre y me preguntaban ¿la escoria somos nosotros? Hay muchos que tienen un nivel de crítica y ferocidad sobre sí mismos que les permitía decir bueno chicos dejémonos de joder que la escoria somos nosotros y otros que decían: no, yo no soy escoria, yo no trabajo porque no sé que, por que no tengo ganas, esas cosas que tienen que ver más con el ego del actor, igual el espectáculo va a jugar mucho con eso porque habla de eso de un grupo de actores frente a esa situación.


-¿Y qué plazos manejás con Escoria?


J.M.M -La primera semana de setiembre en el Teatro del Pueblo. Me parece que eso también está bueno porque uno no asocia el espectáculo con el Teatro del Pueblo, me parece que el espectáculo, por eso estuve un tiempo dando vuelta, necesitaba un contexto que lo vuelva más ambiguo. Es como que este espectáculo, con los mismos actores pero en la sala del Multiteatro sería otra cosa. Me parece que empieza a significar en la sala chica del Teatro del Pueblo, esa cosa entre política de resistencia...


Le agradezco la generosidad con el tiempo, con el detalle de sus proyectos, las novedades y me quedo pensando en José María Muscari como factor. Cuando la vanguardia comienza a museificarse, nada mejor que un factor, un agente de cambio, para despabilar e incidir allí donde hace falta.


ENTREVISTA COMPLETA AQUÍ

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